Pre Info importante: Antes de leer, cargad el vídeo y os sugiero que para vuestro disfrute leáis a un ritmo normal mientras la canción suena. Vereis como la canción encaja perfectamente en lo que describo. Dicho esto, a disfrutar!
Bueno bueno bueno... Hoy hablaremos de esos objetos que se pierden en el momento idóneo y siempre, y digo SIEMPRE te hacen llegar tarde cuando tenias la tarde o el día planeado al segundo para llegar puntual a todos los sitios. Y sí, a mi también me pasa, no soy la excepción o como digo yo "los rompe estadísticas".
Todo empieza cuando ya estas vestido, aseado, te has lavado los dientes, te has puesto colonia, y mentalmente empiezas: "Vale ya esta, móvil, cartera, dinero, llav... Y las llaves?" Y sí amigos mios empezamos a buscar y a remenar para encontrar las llaves, no las encontramos, miramos en el recibidor, no están, en la habitación, al lado del ordenador, en la mesita de noche, en la chaqueta... No hay manera y cada vez nos ponemos más nerviosos, y cuando ya no las encontramos recurrimos a nuestra querida madre o mujer, en el caso de los casados, y preguntamos: "Mama/cariño, has visto mis llaves?" A lo que ella te contesta:"No se tu sabrás donde las habrás puesto" Entre tanto tu sigues buscando y remenando, incluso llegas a desordenar tu habitación mirando en los pantalones del día anterior, debajo de la cama por si han caído y vuelves a recurrir a la pregunta antes mencionada, te pones más nervioso agitado y te envían el primer mensaje con el que has quedado: "Donde estas? Yo ya he llegado" pero tu lo ignoras no contestas. Empiezas a sudar porque piensas que a lo mejor te las han robado y tienes que cambiar la cerradura. Pero amigos esta cuestión se resuelve cuando al preguntar otra vez por la llaves y con un retraso de 10 minutos, en el mejor de los casos, va y te dice tu madre o mujer: "Como las encuentre yo te vas enterar". Con esta frase, ya sabes que están en casa pero no sabes donde. Mientras tu estas pensando y haciendo memoria, recurrimos a la segunda cuestión primordial "Que fue lo último que hice con las llaves" y haces toooooodo el recorrido del día anterior, pero tu mala memoria tiene una laguna enorme justo cuando pierdes de vista las llaves. Tu madre o mujer se levanta, indignada porque llevas 20 minutos paseándote por la casa, con cara de preocupación y nervioso a más no poder. Y tu al ver su reacción ves que ya tiene el sexto sentido activado, el detector de metales y el olfato que tienen para encontrar ese tipo de cosas... Tu la sigues cual perro se prepara para recibir su comida, ves que se dirige a la cocina o habitación donde tengas la lavadora, y... "Oh! Ahí estaban", en ese mismo momento las conexiones neuronales se vuelven a conectar y recuerdas que al llegar te duchaste y al meter la ropa en la lavadora comprobaste los bolsillos y sacaste las llaves para que no se mojasen. Pero ibas tan rápido que las dejaste encima y te olvidaste. Entonces, sin motivo alguno te quedas sin habla y no sabes que decir, a lo que tu madre o mujer te dice: "De nada". Y tu con una sonrisa y una cara de preocupación sales flechado por la puerta de casa porque ya llevas 20 minutos de retraso, 20 mensajes en el Whatsapp y 2 llamadas perdidas.
Ahora después de tal monumental parrafada imagináos esta misma historia pero con esta canción épica, que refleja a la perfección los nervios y el estrés que sientes cuando no encuentras eso tan importante o necesario!
Bueno bueno bueno... Hoy hablaremos de esos objetos que se pierden en el momento idóneo y siempre, y digo SIEMPRE te hacen llegar tarde cuando tenias la tarde o el día planeado al segundo para llegar puntual a todos los sitios. Y sí, a mi también me pasa, no soy la excepción o como digo yo "los rompe estadísticas".
Todo empieza cuando ya estas vestido, aseado, te has lavado los dientes, te has puesto colonia, y mentalmente empiezas: "Vale ya esta, móvil, cartera, dinero, llav... Y las llaves?" Y sí amigos mios empezamos a buscar y a remenar para encontrar las llaves, no las encontramos, miramos en el recibidor, no están, en la habitación, al lado del ordenador, en la mesita de noche, en la chaqueta... No hay manera y cada vez nos ponemos más nerviosos, y cuando ya no las encontramos recurrimos a nuestra querida madre o mujer, en el caso de los casados, y preguntamos: "Mama/cariño, has visto mis llaves?" A lo que ella te contesta:"No se tu sabrás donde las habrás puesto" Entre tanto tu sigues buscando y remenando, incluso llegas a desordenar tu habitación mirando en los pantalones del día anterior, debajo de la cama por si han caído y vuelves a recurrir a la pregunta antes mencionada, te pones más nervioso agitado y te envían el primer mensaje con el que has quedado: "Donde estas? Yo ya he llegado" pero tu lo ignoras no contestas. Empiezas a sudar porque piensas que a lo mejor te las han robado y tienes que cambiar la cerradura. Pero amigos esta cuestión se resuelve cuando al preguntar otra vez por la llaves y con un retraso de 10 minutos, en el mejor de los casos, va y te dice tu madre o mujer: "Como las encuentre yo te vas enterar". Con esta frase, ya sabes que están en casa pero no sabes donde. Mientras tu estas pensando y haciendo memoria, recurrimos a la segunda cuestión primordial "Que fue lo último que hice con las llaves" y haces toooooodo el recorrido del día anterior, pero tu mala memoria tiene una laguna enorme justo cuando pierdes de vista las llaves. Tu madre o mujer se levanta, indignada porque llevas 20 minutos paseándote por la casa, con cara de preocupación y nervioso a más no poder. Y tu al ver su reacción ves que ya tiene el sexto sentido activado, el detector de metales y el olfato que tienen para encontrar ese tipo de cosas... Tu la sigues cual perro se prepara para recibir su comida, ves que se dirige a la cocina o habitación donde tengas la lavadora, y... "Oh! Ahí estaban", en ese mismo momento las conexiones neuronales se vuelven a conectar y recuerdas que al llegar te duchaste y al meter la ropa en la lavadora comprobaste los bolsillos y sacaste las llaves para que no se mojasen. Pero ibas tan rápido que las dejaste encima y te olvidaste. Entonces, sin motivo alguno te quedas sin habla y no sabes que decir, a lo que tu madre o mujer te dice: "De nada". Y tu con una sonrisa y una cara de preocupación sales flechado por la puerta de casa porque ya llevas 20 minutos de retraso, 20 mensajes en el Whatsapp y 2 llamadas perdidas.
Ahora después de tal monumental parrafada imagináos esta misma historia pero con esta canción épica, que refleja a la perfección los nervios y el estrés que sientes cuando no encuentras eso tan importante o necesario!
Artista: Edvard Grieg (interpretada por Peer Gynt)
Nombre de la composición: In the Hall of the Mountain
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